Pensamientos para el alma

En esta edición traemos para ustedes un hermoso poema del escritor uruguayo Amado Nervo. Nos hace reflexionar sobre nuestra vida y hacia donde la estamos encaminando. Somos responsables de las decisiones que tomamos, y en estas construimos día con día nuestro destino. Como no bendecir a la vida cuando nos brinda una oportunidad tras otra de estar en paz, de sembrar alegría, de trabajar con los demás en la construcción de un mundo mejor, desde donde sea que nos haya tocado vivir. Es cierto que el camino estará plagado de obstáculos porque así como todas las estaciones del año son importantes, de igual manera, los retos y desafíos van forjando nuestro valor y fortaleciendo nuestro ser.

En paz
Muy cerca de mi ocaso, yo te bendigo, vida, 

porque nunca me diste ni esperanza fallida, 


ni trabajos injustos, ni pena inmerecida; 


porque veo al final de mi rudo camino 

que yo fui el arquitecto de mi propio destino; 

que si extraje las mieles o la hiel de las cosas, 

fue porque en ellas puse hiel o mieles sabrosas: 

cuando planté rosales, coseché siempre rosas. 

...Cierto, a mis lozanías va a seguir el invierno:

¡más tú no me dijiste que mayo fuese eterno! 

Hallé sin duda largas las noches de mis penas; 

mas no me prometiste tan sólo noches buenas; 

y en cambio tuve algunas santamente serenas... 

Amé, fui amado, el sol acarició mi faz. 

¡Vida, nada me debes!

 ¡Vida, estamos en paz!

Amado Nervo







Psicología Educativa.
“Quien se atreva a enseñar nunca debe dejar de aprender”.

LA INVESTIGACIÓN-ACCIÓN: UNA NECESIDAD PARA LA LABOR DOCENTE

Por: Graciela Carballo Ramírez




Tanto desde el punto de vista biológico, como del social, el ser humano tiene características que lo hacen único, diferente de los demás. Hacia cualquier dirección que observemos, no podremos encontrar otro ser igual a nosotros; “cada cabeza es un mundo” reza acertadamente un refrán popular por lo que cada ser, cada persona lleva dentro de sí, características especiales. Es por esto, que cada día en el salón de clases es diferente, la realidad que vivimos hoy, los momentos que vivimos con nuestros alumnos, no se volverán a repetir. Aunque la idea de investigación-acción ya se había utilizado anteriormente por otros autores, fue Lewin, en los años 40, en Estados Unidos, quien le dio importancia al intentar establecer una forma de investigación que no se limitara, a producir libros, sino que integrara la experimentación científica con la acción social. Definió el trabajo de investigación-acción como un proceso cíclico de exploración, actuación y valoración de resultados.
Es difícil llegar a una conceptualización de lo que la investigación-acción representa, sin embargo, hay rasgos comunes en que los diferentes autores coinciden. El primero de ellos es el carácter preponderante de la acción, es decir, el investigador asume un papel activo, al ser la fuente de los problemas surgidos en la práctica educativa. La investigación-acción también concibe a la investigación desde una forma sistemática a través de un método flexible, ecológico y orientado a los valores.

Es decir, es una metodología orientada hacia el cambio educativo, por lo que es un proceso que se construye desde y para la práctica (investigación-acción del profesor) que pretende mejorar la práctica a través de su trasformación, al mismo tiempo que procura comprenderla, demanda la participación de los sujetos en la mejora de sus propias prácticas, exige una actuación grupal (investigación cooperativa) por la que los sujetos implicados colaboran coordinadamente en todas las fases del proceso de investigación, implica la realización de un análisis crítico de planificación, acción, reflexión. Nos permite dar una justificación razonada de nuestra labor educativa ante otras personas porque podemos mostrar de qué modo las pruebas que hemos obtenido y la reflexión crítica que hemos llevado a cabo nos han ayudado a crear una argumentación desarrollada, comprobada y examinada críticamente a favor de lo que hacemos.


A estas características debemos unir las siguientes; no se puede reducir al aula, porque la práctica docente tampoco está limitada ni reducida a ella. Investigar nos lleva a cambiar la forma de entender la práctica: qué damos por sentado, qué cuestionamos, qué nos parece natural o inevitable (o por encima de nuestras posibilidades o responsabilidades), y qué nos parece discutible y necesario transformar, y en lo que nos sentimos comprometidos. Es una forma por la cual el profesorado puede reconstruir su conocimiento profesional como parte del proceso de constitución de discursos públicos unidos a la práctica, y sus problemas y necesidades. No puede ser nunca una tarea individual. Debe ser, por el contrario, un trabajo cooperativo. Cualquier tarea de investigación requiere un contexto social de intercambio, discusión y contrastación. Este tipo de contextos es el que hace posible la elaboración y reconstrucción de un conocimiento profesional no privado y secreto, sino en diálogo con otras voces y con otros conocimientos (investigación participativa).

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